viernes, 12 de diciembre de 2014

El poder de los tacones

Cuando la tentación rubia, Marilyn Monroe dijo «dale a una mujer los zapatos adecuados y podrá conquistar el mundo» sabía bien de qué hablaba. Es esa sensación cuando te subes a unos tacones, sin importar su estilo, su tamaño, su diseño, su precio o su color. cambia su postura, su forma de caminar, su actitud y hasta su estado de ánimo. El tacón nos hace sentir ese «ahora estás perfecta y lista para comerte el mundo».



Para la asesora de belleza Rebeca J. Cirujano «los tacones están vinculados a la sensación de poder que implica ser capaz de andar con ellos y exponer al mundo que te sientes segura». Más allá del castigo o el suplicio en que pueden llegar a convertirse al cabo de unas horas, por ir más allá con la altura tolerada, considera que «acentúan el movimiento de las caderas y con él varía el de la cabeza y el de los brazos. Cambian radicalmente nuestra manera de caminar en general».
No hay otro símbolo femenino que tenga tanta importancia en el aspecto de una mujer ya que la misma ropa no se ve igual con unos zapatos bajos o con unos de tacón, aunque es un arma de doble filo porque si no se sabe caminar con ellos con soltura podemos acabar pareciendo verdaderos patos mareados. En ocasiones esos zapatos perfectos que nos quedan ideales se pueden convertir en la mayor de las pesadillas porque nos hemos pasado con el alto del tacón o la horma no se adapta bien al pie o el tacón es demasiado fino o... podríamos enumerar cientos de causas por las que ese «oscuro objeto de deseo» puede arruinarnos el día, la noche o la fiesta a la que hemos llegado luciendo un «look» perfecto.
«Cuando una mujer lleva unos tacones altos llama la atención. Y lo sabe» afirma rotunda Chyna Whyne, autora de la biblia de los tacones «Mastering the Art of Wearing High Heels-10 Hot Tips» y especialista en enseñar a caminar sobre tacones, tanto que ha creado un taller «Walking In Stilettos», en los que enseña esa técnica así como a adoptar la postura correcta sobre ellos «para evitar dolor en los pies, calambres en las pantorrillas y aliviar el dolor de espalda». Para la gurú de los tacones, cuando una mujer sabe cómo andar correctamente con tacones altos, con gracia, con elegancia y con una postura erguida, «se convierte en una mujer segura de sí misma. Está lista para destacar».
El hecho de llevar unos tacones, de 5, 7 o incluso 11 o hasta 12 centímetros no sólo nos aportan altura, que no nos importa tanto como que, según la experta en belleza, nos hagan parecer «más esbeltas»,al caminar sobre tacones nos hace contraer ciertos músculos, como las corvas, que parecerán más tonificadas y bonitas. El tacón moldea la figura, nos hace sentir más poderosas, seductoras y bellas. «Y nos quita kilitos», aseguran las expertas.










La doctora italiana María Cerruto abrió la veda afirmando que manteniendo el talón a unos cinco centímetros del suelo se mejoraba la fuerza y la habilidad de contracción de los músculos de la pelvis. Cirujano confirma que «al caminar con tacones contraes los músculos vaginales, con el consiguiente fortalecimiento del suelo pélvico y los beneficios para su vida sexual».
Quizá sea por eso por lo que el tacón se ha convertido en uno de los más comunes fetiches en los hombres, así como un símbolo de sumisión.
Placer culpable o fetichismo femenino, los zapatos son un «must» irrenunciable

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